Hoy no pido abrazos rotos
Miro tu rostro enfermizo
Te saco del cobertizo
Y prendo todas tus fotos
Quédate ya con tus cotos
Ya me construiré mis sinos
Aglutinando fracasos
La gota que colma el vaso
Qué me convierte en marino
Pensamientos teóricos de un ingeniero de su manera de ver el mundo.
Hoy no pido abrazos rotos
Miro tu rostro enfermizo
Te saco del cobertizo
Y prendo todas tus fotos
Quédate ya con tus cotos
Ya me construiré mis sinos
Aglutinando fracasos
La gota que colma el vaso
Qué me convierte en marino
El aburrimiento parece ser una emoción característicamente humana. Es cierto que los animales en cautividad se vuelven indiferentes, pasean de un lado a otro y bostezan, pero en su estado natural no creo que experimenten nada parecido al aburrimiento.
Uno de los aspectos fundamentales del aburrimiento consiste en el contraste entre las circunstancias actuales y algunas otras circunstancias más agradables que se abren camino de manera irresistible en la imaginación.Estos dos párrafos me hicieron pensar sobre la necesidad de vivir el momento y disfrutar del presente. Disfrutar de cada instante de la vida, aunque sea de forma pasiva (contemplativa) y no activa. Mantenerse presente evita la comparación, pues al poner nuestra mente a pensar que otro momento podría ser mejor que el actual nos saca del presente.
El aburrimiento es básicamente un deseo frustrado de que ocurra algo, no necesariamente agradable, sino tan solo algo que permita a la víctima del ennui distinguir un día de otro. En una palabra: lo contrario del aburrimiento no es el placer, sino la excitación.
Ahora nos aburrimos menos que nuestros antepasados, pero tenemos más miedo de aburrirnos. Ahora sabemos, o más bien creemos, que el aburrimiento no forma parte del destino natural del hombre, sino que se puede evitar si ponemos suficiente empeño en buscar excitación.
Una vida demasiado llena de excitación es una vida agotadora, en la que se necesitan continuamente estímulos cada vez más fuertes para obtener la excitación que se ha llegado a considerar como parte esencial del placer. La excitación es como una droga, que cada vez se necesita en mayor cantidad, y la pasividad física que acompaña a la excitación es contraria al instinto. Dichos placeres, en el instante en que cesan, dejan al hombre apagado e insatisfecho, hambriento de algo que no sabe qué es.Esta consciencia de la vida basada en la excitación nos invita a pegar un giro y aprender a disfrutar de los placeres más simples. No solo una puesta de sol. Disfrutar de la lluvia, de cómo crecen nuestras plantas, de una buena conversación con los amigos, del canto de los pájaros, del olor de las hojas de los árboles, del sabor de la comida... La verdad que se dice pronto...pero cuesta, al menos a mí me está costando. ¿Cómo convencer a la mente de que ver a los patos en el parque es al menos igual de interesante que hacer kitesurf? Mi mente(ego) me manda mensajes de insatisfacción.
Así pues, para llevar una vida feliz es imprescindible cierta capacidad de aguantar el aburrimiento, y esta es una de las cosas que se deberían enseñar a los jóvenes. En general, los placeres de la infancia deberían ser los que el niño extrajera de su entorno aplicando un poco de esfuerzo e inventiva.
Una vida feliz tiene que ser, en gran medida, una vida tranquila, pues solo en un ambiente tranquilo puede vivir la auténtica alegría.Ciertamente la tendencia actual con los niños es la que se explica, y más con la tecnología, aunque los adultos somos muuucho peores. La excitación se traduce en vício: drogas blandas y duras, ludopatía, vandalismo, violencia, etc. Se utilizan para llenar un vacío, para calmar una ansiedad, entre los que el aburrimiento encaja a la perfección.
Podemos pensar lo que queramos, pero somos criaturas de la tierra; nuestra vida forma parte de la vida de la tierra, y nos nutrimos de ella, igual que las plantas y los animales. El ritmo de la vida de la tierra es lento; el otoño y el invierno son tan imprescindibles como la primavera y el verano, el descanso es tan imprescindible como el movimiento.Salú,